En Islandia puedes hacer muchas cosas. Puedes visitar volcanes activos, pasear por un glaciar, ver zorros del ártico, bañarte en aguas termales mientras el sol de medianoche se pone… Y también puedes ver un Leiknir - KA Akureyri una tarde cualquiera en Reikiavik. El KA Akureyri es el único equipo de los doce que compiten en la Úrvalsdeild Karla, la primera liga islandesa, que no está ubicado en el sureste de la isla. Se encuentra en el norte, a casi 5 horas en coche de Reikiavik o escasos 40 minutos en avión, en la ciudad que lleva el mismo nombre y en la que viven poco más de 19.000 habitantes.
La densidad de población de Islandia es de 4 habitantes por kilómetro cuadrado. Probablemente fuera inferior durante nuestro viaje ya que muchos de los islandeses se encontraban en Inglaterra animando a su selección femenina de fútbol en la Eurocopa. Entendemos que igualmente de alguna forma conseguirán juntarse para echar una pachanga en alguno de los muchos campos de fútbol que puedes ver recorriendo su carretera principal, la Ring Road, o sus carreteras secundarias. Las instalaciones pueden parecer modestas, pero el césped está perfecto y las gradas suelen tener vistas a increíbles paisajes con lagos, montañas o cascadas. Y, además, sabes que tienes que probar el pescado local cuando las vallas publicitarias del campo están llenas de fotos de pesqueros.
UMF Sindri Höfn, Vestri, Snæfell, Víkingur Ólafsvík, Thróttur Reykjavík FC, Leiknir, KA Akureyri... Si había alguna aportunidad de encontrar a algún español con un balón en los pies, tuvimos la suerte de tenerla en el partido del Leiknir contra el KA Akureyri. Rodri es de Orihuela y lleva 9 años pasando los veranos en Islandia. También es uno de los jugadores que cogió ese avión de 40 minutos hasta Reikiavik y al que le esperaban casi 5 horas de coche de vuelta a casa. Por cierto, 5 también fueron los goles que esa tarde encajó el equipo local. El mal sabor de boca por el resultado lo camuflarían con las hamburguesas que los propios aficionados del Leiknir se servirían en un improvisado buffet con parrilla. A nosotros con este viaje se nos quedó un sabor dulce, intenso y duradero. ¿Los recuerdos y el fútbol en Islandia saben a regaliz?